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Las ágatas son piedras conectadas con la tierra, con gran equilibrio energético que ayudan a obtener curación física y protección. Esto se debe a que sus energías están ancladas por las fuerzas Yin y Yang. Por lo tanto, calma nuestras emociones y mejora instantáneamente las energías del entorno.
El ágata oceánica es un cristal que se encuentra en varias regiones del mundo, como Brasil, India y Australia.
Entre los beneficios espirituales que se atribuyen a llevar una pulsera de ágata oceánica está la capacidad de calmar la mente y las emociones, proporcionando una sensación de paz interior. Además, el ágata oceánica puede ayudar a aumentar la confianza en uno mismo y la autoestima, permitiendo a la persona sentirse más segura y confiada en su camino espiritual.
El ágata oceánica también puede ayudar a comunicarse con entidades espirituales y a comprender mensajes intuitivos, facilitando la conexión con el mundo de los espíritus. El uso de la pulsera de ágata océano puede ser, por tanto, una valiosa herramienta para quienes buscan potenciar su espiritualidad y profundizar en su conexión con lo divino.
Las pulseras adquieren así una especie de función talismán, cuyo efecto se refleja en el equilibrio energético del cuerpo.
Los beneficios de terapia con cristales comenzaron a ser explorados por civilizaciones antiguas con el fin de encontrar la cura para los problemas de salud. Siglos más tarde, los cristales naturales siguen utilizándose para transmitir equilibrio emocional y físico.
Hay varias piezas y todas varían en color, tamaño y textura ya que son cristales naturales y únicos en su esencia
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